Fuente: "SolteroChow" via R3Team in Google Reader
Expuesto el: jueves, 26 noviembre, 2009 12:01
Autor: minue
Asunto: Casas con nombre: Kaufmann Desert
La historia del Arte y la Arquitectura le debe mucho a los mecenas, gracias a los cuales hoy podemos disfrutar de maravillas que no se hubieran realizado sin sus encargos. Si el señor Edgar Kaufmann no hubiera sido un apasionado de la Arquitectura, ahora no estaría escribiendo este artículo sobre la casa en el desierto de California que el empresario norteamericano le encargó a Richard Neutra en 1946. Ni tampoco podríais ir a leer el que escribí sobre la famosa Casa de la Cascada que Frank Lloyd Wright diseñó para él en los bosques de Pensilvania. Como decía, el encargo consistía en una casa cerca de Palm Springs, en pleno desierto, con la idea de ser utilizada principalmente en invierno, por lo que no había que huir del sol y de la luz, sino todo lo contrario. Así pues, pensando en la luz, la casa se convierte en un conjunto de planos que levitan sobre muros de cristal. El resultado es de una ingravidez extrema, incluso nos trae a la mente imágenes más propias de la aeuronáutica. Para que tanta ligereza no saliera volando, Neutra utilizó muros de mampostería para anclar visualmente la casa al terreno. El color y la textura de la piedra son la prolongación del entorno sobre el que se apoya la edificación. La chimenea, del mismo material, emerge entre las cubiertas y se convierte en el contrapunto perfecto para realzar la horizontalidad de la composición. Es un recurso muy similar al que Wright utilizó en la mencionada Fallingwater, lo cual no es casualidad, pues Neutra fue discípulo suyo al comienzo de su carrera. Podría parecer que, exceptuando la piedra, el resto de materiales empleados (vidrio y acero, básicamente) no son los más adecuados para integrarse en el desierto. Pero no hace falta más que echarle un vistazo a las fotos para darse cuenta de que la casa se mimetiza con el medio. Eso lo consigue gracias a la transparencia del vidrio y a una magnífica organización en planta. Si os fijáis en el plano, la casa tiene forma de aspa. En el centro se encuentra el comedor y la cocina, el núcleo del hogar, mirando hacia el sur para recibir la máxima luz solar. Desde ahí salen cuatro muros adentrándose en el desierto en las cuatro direcciones cardinales. En el muro hacia el este se colocó la habitación principal y la piscina, las habitaciones secundarias hacia el oeste, las habitaciones de invitados hacia el norte (pero orientadas al este) y el garaje en el muro que se dirige al sur, que sirve también como guía desde la calle hasta el interior de la vivienda. Esta disposición permite que el entorno se entrelace con las estancias a través de los diferentes patios, por lo que al final no está claro dónde acaba el desierto y dónde empieza la casa. Esto no es algo nuevo, se llama fluidez espacial y nos la hemos ido encontrando en casi todas las obras del movimiento moderno que os he mostrado, como la Ville Savoye o la Farnsworth House, además de Fallingwater. Una de las cosas que también está muy presente en esas obras, y en esta también, es ese afán por enmarcar el paisaje y apropiárselo para que forme parte de la vivienda. Aquí se consigue con un mirador situado sobre el salón, desde el que se puede disfrutar de unas vistas espectaculares del páramo californiano. Yo no me canso de mirar las imágenes, me absorbe esa capacidad que tienen algunos arquitectos para proponer una solución que se hace obvia una vez planteada, pero a la que pocos son capaces de llegar por si mismos. Si os habéis quedado con ganas de más, podéis ver más fotos en esta galería del New York Times. Imágenes vía | The New York Times |
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